Blogia
Bajo Arboles Mojados

Personal

Soñé

    Anoche soñé que cogía un manojo de globos de helio y me ponía a volar sobre los tejados de la ciudad donde vivo.
   
    No son unos tejados bonitos, los de Alicante. Además, no me permitían ir saltando entre edificios contiguos, porque hay mucha diferencia de altura.
   
    No tiene un skyline bonito, Alicante, no...
   
    En cierto momento del sueño, daba un salto para bajar desde un 15 a un séptimo, y se me reventaban 4 globos de golpe. Entonces, un montón de hormigas voladoras salían de mis bolsillos y me rodeaban. Era una nube de hormigas voladoras, yo. Pero cuando aterrizaba en el suelo y las hormigas se dispersaban, sólo quedaba de mí una pajarera vacía...

Uno

Uno

    Uno pasa tristezas y no le apetece compartirlas demasiado. Ni en la salud ni en la enfermedad. Uno se da cuenta de que nadie contesta al teléfono a las 3'40 del medio día (esta frase pienso utilizarla en una poesía). Uno se levanta un día y se da cuenta de que nada es lo que parece, uno llueve y uno llora. Uno se queda casi afónico y tiene voz de comentarista radiofónico viejuno.
   
    Uno luego sonríe de nuevo, y gime y abre las ventanas aunque haga un poco de frío y vaya en pijama a la una menos cuarto. Uno se afeita y uno echa de menos heladerías. Uno quiere hacer fotos y escribir, ponerse la bufanda y dejar de tomar analgésicos, antihistamínicos, narcóticos, barbitúricos, antiinflamatorios. Uno piensa en las mentiras y en el drama que le gusta esconder en sus palabras.
   
    Uno sonríe de nuevo.
   
    Uno sonríe de nuevo.
   
    Uno sonríe...

Fixo

    Esta mañana, después de desayunar, sentía como si estuviera a punto de reventar algo dentro de mí. Algo que está sosteniendo mucha tensión y que está por explotar.

     Así que desde entonces camino con cuidado para que no me vaya a hacer daño. Camino descalzo con pasos suaves. Creo que de momento me han crecido los rizos para amortiguar el efecto de las corrientes de aire sobre mi cabeza.

     Ya no hay vientos cerca mío y parece que las corrientes de Coriolis me han dejado a parte porque siento un mareo de los más extraño.

     Y escucho música con algodones en los oídos no sea que las vibraciones del sonido entren por las orejas y amplificadas lleguen a mi caja torácica y la utilicen como caja de resonancia y me hagan derrumbarme.

    Necesito fixo y abrazos. Y que Eloi se dé cuenta de cómo le quiero...

En la ducha

Hoy alguien ha pintado el cielo de gris oscuro. Pero un gris oscuro oscuro. Aún así, no hace frío, o al menos no aún.

Ayer fui al cine, y luego volví a esta habitación que parece nueva. Nunca imaginé que mover dos muebles fuera tan efectivo. Tendré que comenzar a plantearme mover el mobiliario de mi cabeza, a ver si todo me vuelve a parecer nuevo y gano un poco más de ganas.

Escucho música. Todo el tiempo. Y a veces lloro en la ducha.

Giganta

Tengo una bañera giganta, ideal para ahogarse, suicidarse o nadar los 1'5 metros libres. Es complicado hacer mariposa en ella, ero los 1'5 metros lisos son aún posibles.

Principal consecuencia de la alteración de los ritmos circadianos...

Irse y volver/Rehabituarse

    Lo bueno de irse es que de vez en cuando se vuelve. Aunque sólo sea unas horas o unos días.
   
    Se vuelve a las neveras llenas, a la ropa que parece que se lave sola, a las dos comidas fuertes diarias, a los cafés donde siempre, a las primas y a las piscinas que no te miran de reojo los michelines. Las primas, digo.
   
    Y las camas, junto con las madres, son las que parecen haberte echado más de menos...
   
-.-

    Una semana entera con los ritmos circadianos alterados me obligó a abandonar temporalmente las lentillas. Aunque las gafas son de pasta, no se me resbalaban por el puente de la nariz. Por la noche sudo menos. Por eso.
   
    Y claro, ahora las aguanto poco tiempo, y no mis acostumbradas 20 horas. Habrá que rehabituarse.

 

Ritmos circadianos

    Es fácil saltarse los ritmos circadianos. Es fácil sorprenderse durmiendo 4 horas de noche, llegando a casa y doblando la ropa de la lavadora que puse ayer (a las 7'15 de la mañana). Pensando dónde compraré la bollería para desayunar con Miguel. Sabiendo que dormiré la siesta del borrego, y posiblemente también la de después de comer.
   
    Es sorprendente, cuanto menos, descubrir que dormir a veces puede ser algo tan sumamente secundario que uno lo hace por compromiso o por obligación, no por ganas.
   
    Y luego que llegue el fin de semana (coincida éste o no con un sábado-domingo) y pasarse 9 horas en la cama. Durmiendo. Y no.

Sencillo

Sencillo

    Calor.
   
    Mochila: libro, agua, calzoncillos, toalla, iPod, cremita.
   
    Bonobús. Tram. Muchavista (San Juan).
   
    Sol. 3 horas. Vuelta y vuelta. Baño. Lectura. Volver a empezar.
   
    Regreso: bonobus. Tram. Mercado. Casa.
   
    Ducha. Pijama. Escribir. Leer.
   
    Es sencillo ser feliz en Alicante...

Lo siento

    Ayer se me escapó. Fue sin querer, no pretendía ofender a mi madre, que quizá se sintiera más aludida y afectada que nadie...
   
S: (...) y qué le dijisite?
D: pues que me no me había ido de casa... a Alicante para salir y tomar cafés, que me había bajado para trabajar...

Casi las doce

    Eran casi las doce de la noche y se sentó delante del ordenador. Mañana tendría que madrugar para ir al trabajo, y sonreía sardónicamente pensando en la gente que le había dicho tantas veces la de fiestas, borracheras, cines y demás que disfrutaría con su independencia.
   
    Ja.
   
    Las lentillas escocían. Le gustaba el ritual de quitárselas y dejar de ver enfocado el mundo. En realidad, con ellas puestas el mundo estaba sólo ligeramente menos desenfocado. Nunca tuvo las cosas claras.
   
    Ayer robó un ventilador. Esta noche dormirá fresquito...

Habrá una gran guerra

    Habrá una gran guerra.
y caerán los soldados, y los hermanos
se enfrentarán
en mil bandos distintos.
    
    Cada uno será un bando
y tú y yo nos odiaremos.

    Tú y yo seremos enemigos,
y lo que compartimos no habrá pasado.
Las noches del sofá no serán
ni un recuerdo. En las guerras
no se recuerda. Se dispara.
    
    Tus lágrimas ya no serán
culpa mía, aunque cada vez que me mates
derrames una.
    
    Mis besos no serán culpa tuya.

...no se me olvidaba...

... y echo de menos a E...

Breve resumen

    M se duerme durante la primera peli que puedo ir a ver en la ciudad, consecuencia de mi recién adquirida titularidad de cosmopolita y su recién adquirida titularidad de hombre cansado. Bueno, en realidad M nunca ha podido descansar mucho, quizá necesite un regazo.
   
    A parte, los mosquitos se ceban conmigo, y tras el redescubrimiento de los antimosquitos de enchufe por mi parte, ellos contraatacan emboscándome en los lugares más inesperados, siempre alejados del sempiterno mataparásitos instalado en mi habitación.
   
    Sí, tengo una habitación. Pequeña, desordenada, llena de ropa, con algún libro, alguna película, alguna guarrada en el cajón del escritorio y un ordenador. Así vivo ahora mismo mi independencia.
   
    Pero me falta té y mis peluches...

Nuevas cafeterías y más cafés

    En un par de semanas la vida da un giro de 180º, y te encuentras en otra ciudad, con trabajo e independizado. Comienzas a conocer gente nueva, a tener posibilidad de ir a los ciclos de los cines independientes de tu ciudad, a poder quedar a cafés después de cenar sin la monserga materna...
   
    Es extraño. A veces se me nubla la vista, me desoriento. Sobreestimulación sensorial. Muchas ganas de sacar la cámara y fotografíar al vagabundo, al borracho, a la señora que compra en el mercado y al niño que salta en la fuente.
   
    Ganas de escribir. Pero me reprimo y me censuro. No quiero. Necesito volver a leer mucha poesía antes de volverme a sentar con tranquilidad.
   
    Leer poesía y tomar muchos cafés. Necesito descubrir nuevas cafeterías...

Pierdo el control.

    Es como si de momento perdiera el control; como si no tuviera ninguna fuerza. Y me suele suceder cuando estoy sosteniendo cualquier objeto con las manos. Más de noche que de día.
   
    Y ayer me volvió a suceder. Con un vaso en la mano, creí que no era capaz de sostenerlo por más tiempo. Imaginé como caía al suelo y se rompía en mil pedazos. Noté incluso alguno de los trozos clavándose en mis pies, calzados con sandalias.
   
    Se repite bastante a menudo, últimamente, esta sensación. Es como si estuviera completamente agotado. Es como un si soñara despierto, pero con una vividez pasmosa.
   
    No quiero romper más vasos.

Alquiler

    Pasaba la mano por su espalda y la piel se descamaba. Demasiado sol, pensó.
   
    La mano también en el pelo. Eternamente en el pelo. Aih! y un pelo menos, que ahora continúa acariciando entre los dedos. Luego otra vez la mano en el pelo. Eternamente.
   
    Hoy parece que sonríe. Mira anuncios de alquileres. No sabe si decidirse por vistas al mar o economía y austeridad. Tiempos de vacas anoréxicas.
   
    Sonríe de nuevo. Hay letras en la pantalla que le hacen esbozar labios anchos y dientes al descubierto.
   
    Esta noche volverá a dormir mal por el calor. No quiere ni imaginar qué pasará la semana que viene...

Sobre ilustraciones...

Sobre ilustraciones...

¿Se puede uno enamorar de una ilustración y no cometer adulterio?

Se abre la lista de bodas...

 

(Ilustración by Christine Castro)

Cambios de temperatura corporal

    Quería hablar sobre las sábanas. Ya sé que hace casi 20 días que no decía nada, pero me apetece hablar sobre las sábanas y punto.

    Ahora mismo tengo dos juegos de sábanas, es decir, tengo recambio semanal. En casa se pone colada de sábanas los sábados por las mañanas y luego se tienden en la barandilla del balcón, sí, dando al exterior, para que todos vean que usamos sábanas, y fundas nórdicas, y mantas, y demás.
   
    Tengo, digo, dos juegos de sábanas. Uno es de cuadrados escoceses, y corresponde a una cama de cuerpo y medio. Por eso no tengo más remedio que engancharlo por la parte de abajo, porque si no arrastra.
   
    El otro es con un estampado de círculos de colores. También tiene, lo admito, algún corazón y alguna flor. Mi madre. Yo no tuve nada que ver con su compra. Este sí ajusta bien a mi cama, y lo dejo suelto a los pies.
   
    Así pues, a semanas alternas, sufro episodios de congelación o abrasamiento podálico.


    Sé que hace casi 20 días que no actualizaba. Pero no me apetece contar nada más. Hasta (muy) pronto.

Verde

Hoy, las personas eran de color verde y el café me supo a aceite de ricino.

Mejor me vuelvo a meter en la cama...

 

Ecucha este post aquí.