Irse y volver/Rehabituarse
Lo bueno de irse es que de vez en cuando se vuelve. Aunque sólo sea unas horas o unos días.
Se vuelve a las neveras llenas, a la ropa que parece que se lave sola, a las dos comidas fuertes diarias, a los cafés donde siempre, a las primas y a las piscinas que no te miran de reojo los michelines. Las primas, digo.
Y las camas, junto con las madres, son las que parecen haberte echado más de menos...
-.-
Una semana entera con los ritmos circadianos alterados me obligó a abandonar temporalmente las lentillas. Aunque las gafas son de pasta, no se me resbalaban por el puente de la nariz. Por la noche sudo menos. Por eso.
Y claro, ahora las aguanto poco tiempo, y no mis acostumbradas 20 horas. Habrá que rehabituarse.
1 comentario
aixa -
yo no vuelvo, vuelven.
estoy deseando llenar la nevera, planchar la ropa mientras duermen... hasta echo de menos los gritos, claro que las risas más.
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