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Bajo Arboles Mojados

Cuentos

15-7-06 - El ahorcado (Cien Palabras)

El ahorcado indicaba cambios. Fue lo que salió. El ahorcado. Los cambios. Tú lo viste como yo. Salió el ahorcado. No pude dejar de pensar en esa carta durante semanas, incluso meses. Me senté. Mentalmente. Me senté porque tenían que llegar. Los cambios.

A mi alrededor todo se movía, y yo permanecí sentado. Esperando. Los cambios. El ahorcado. Lo viste. Hubo gente, personas que se acercaron y me rozaron. Hubo varios que se atrevieron a besar a la templanza. Me besaban. Me tocaron y me intentaron levantar. Y yo continué sentado. Esperando los cambios. El ahorcado.

Al fin llegaste. Bienvenido...

Androide

    El robot se recuesta en el sofá y comienza a salir humo de su pecho. Llora con un llanto que nadie programó para él. Sus creadores decidieron dotarlo de todos los sentimientos humanos y no repararon en gastos en los equipamientos físicos, incluso añadieron un par de lagrimales.
    
    El robot se recuesta en el sofá y comienza a salir humo de su pecho. Llora con un llanto que nadie le mostró. Nadie le enseñó sobre el amor. Nadie le habló del engaño. No sabía del despecho.
    
    El corazón androide se rompió y las lágrimas mojaron sus circuitos. El robot se recuesta en el sofá y comienza a salir humo de su pecho.
    
    Cortocircuito, será lo que aparecerá en sus monitores antes de recordar a su amor y desconectarse.

19-5-06 - Cien Palabras (Muñeca)

    Y pasó un día que, después de tanto tiempo, llegó el fin del mundo. Llegó despacito y sin hacer ruido, como si no quisiera asustar a nadie. Se le vio aparecer por la gran avenida, y ya desde lejos se adivinaba que venía para hacer algo grande, aunque no había nadie allí que le viera, le esperara o le diera la bienvenida.
    
    Se asomó a una casa, vacía, y subió a una habitación, en la que sólo había una mesa con una muñeca de trapo encima.
    
    Y allí sonrió y con un flop, todo lo que conocemos del mundo terminó.

Triste

Debía parecer el chico más triste de la universidad, sólo, tomando un café, esperando que aparecieras en una de esas citas que no tengo contigo y en las que nunca apareces...

8-5-06 - Cien Palabras (Zombie)

    Esta mañana me ha despertado un grupo de zombis que iban casa por casa reclutando gente para su causa. Su causa, como bien me han descrito (en medio de mis bostezos incontenibles de sueño) es la de esclavizar a la humanidad y acabar con la vida sobre el planeta. Matarían a los animales y nos alimentaríamos los unos de los otros, decían mostrando su alto convencimiento. Yo asentía mecánicamente.
    
    Al final, les he dado un billete de 5 euros, les he animado a continuar y me he vuelto a meter en la cama. Demasiado sueño acumulado del fin de semana...

26-3-06 2

    Ha sido algo extraño. Es como si alguien hubiera venido en mitad de la noche y me lo hubiera quitado. Solo sé que esta mañana, cuando me he levantado, ya no estaba allí.

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

 

    ¿Sabes? Cierra los ojos cuando le acaricias. Sí. Los ojos cerrados. Yo creo que aún tiene miedo de lo que hay delante. Enfrente. Debajo. Encima. Se mueve mucho también, ¿sabes?












    Ahora, pues, no sé, un vacío, digo yo. La verdad es que me resulta difícil de explicar. Es algo a lo que me había acostumbrado. No, no era así, era algo que me gustaba. Y ahora un vacío. Es saber que tienes una espinita clavada. Una espinita que ni duele y que pasa desapercibida, pero que está. Pero en este caso, el problema es que no está.














    Y también suspira. Cada vez que le acaricias. Y los ojos no los acaba de cerrar, deja una rendijita. Aunque no ve por esa rendijita, sólo muestra un poco de blanco. Y de vez en cuando sonríe. Me gusta la cara que pone cuando sonríe.














    Ahora no puedo hacer otra cosa. Sólo llorar.














    Me encanta cómo sonríe.

26-3-06 La habitación cerrada

    (...) Quiso saber dónde estaba Boston.
-A unos trescientos metros de aquí -le contesté.
-¿Eso es tan lejos como el espacio?
-Si fueras en línea recta hacia arriba, te aproximarías bastante.
-Creo que deberías ir a la luna. Un cohete es mejor que un tren.
-Haré eso a la vuelta. Tienen vuelos regulares de Boston a la luna los viernes. Reservaré una plaza en cuanto llegué allí.
-Estupendo. Entonces podrás contarme cómo es.
-Si encuentro una piedra lunar, te la traeré.
-¿Y a Paul?
-Le traeré otra.
-No, gracias.
-¿Qué quieres decir eso?
-No quiero una piedra lunar. Paul se la metería en la boca y se ahogaría.
-¿Qué te gustaría?
-Un elefante.
-No hay elefantes en el espacio.
-Lo sé. Pero tú no vas al espacio.
-Es verdad.
-Y seguro que hay elefantes en Boston.
-Probablemente tienes razón. ¿Quieres un elefante rosa o un elefante blanco?
-Un elefante gris. Grande, gordo y con muchas arrugas.
-No hay problema. Ésos son los más fáciles de encontrar. ¿Quieres que lo traiga en una caja o con un collar y una correa?
-Creo que deberías venir montado en él. Sentado encima con una corona en la cabeza. Como un emperador.
-¿El emperador de qué?
-El emperador de los niños.
-¿Y tendré una emperatriz?
-Claro. Mamá es la emperatriz. Le gustaría. Quizá deberíamos despertarla y decírselo.
-Será mejor que no. Prefiero darle una sorpresa cuando llegue a casa.
-Buena idea. De todas formas, no se lo creerá hasta que lo vea.
-Exacto. Y no queremos que se lleve una desilusión, si no encuentro el elefante.
-Oh, lo encontrarás, papá. No te preocupes por eso.
-¿Cómo puedes estar tan seguro?
-Porque tú eres el emperador. Un emperador puede conseguir todo lo que quiere.

Paul Auster - La trilogía de Nueva York (La habitación cerrada)

Dicen...

    Dice que en lo primero en lo que se fijó fue en sus labios. Siempre los labios. Y que pasaron más de dos años antes de poder probar su textura.
    
    Dice también que continúa recorriendo la universidad por los rincones en los que se lo encontró, con la esperanza de que un cruce fortuito volviera a hacerles caer. Juntos.

Cuentos de Navidad (La ciudad I)

    La Ciudad parecía un montón de escombros. Gris, oscura tras el manto de nubes y humo que salía de los edificios incendiados.
    
    "Londres es una antorcha, hay suficiente claridad durante toda la noche por las casas y los palacios que arden."
            Mendigo - 5 minutos atrás.

    Tras el toque de queda, los niños, sólo los niños, se atrevían a salir en busca de comida. A veces había duras luchas entre bandas rivales. Era fácil que un niño volviera a casa con algún brazo de otro chiquillo para cenar. Su madre no preguntaba.
    
    Hace tiempo ya que de las plazas fueron eliminados todos los adornos y el atrezzo urbano. Plazas desnudas preparadas para recibir a los dirigibles y a las máquinas que bajaban envueltas en humo y se llevaban a los locos transeuntes que se aventuraban a salir al exterior.

Cuentos de navidad

Aún se pregunta de dónde saqué las fuerzas para llamarle en mitad de la noche. Puede que aún no me hubiera derrumbado del todo, o quizá fue pura supervivencia.

Cuando llegó, me encontró babeando. Me había meado encima y lloraba como un bebé. Y a pesar de que hacía casi un año que no estábamos en contacto, me desnudó, me metió en la ducha y luego me llevó a su casa, donde pasaría los siguientes meses. 

Fue como enseñar a un recién nacido a vivir. Al principio me olvidaba hasta de respirar, y cuando comenzaba a amoratarme me cogía entre sus brazos, y yo torpe resbalaba, y él me oprimía los pulmones, y metía aire soplando. Luego comenzó con las lecciones de gateo, para pasar luego a caminar, hablar correctamente, escribir, y temer a la oscuridad.

Y todo esto sin que en ningún momento fuera consciente de que había sido el otro quien había roto todos los esquemas de mi cabeza para dejarme así…

Dragón

Sobre la espalda del dragón construyeron una hilera de casas. Comenzaban en el arco de la cola y se alargaban hasta el nacimiento de las alas. Allí los habitantes decidieron hacer un parque para los niños, que además corrían hasta las fauces de la fiera y jugaban al escondite en sus narices.

Como los movimientos del dragón eran muy lentos, nadie se sentía molesto. Hacía milenios que dormía.

Por las noches, las casas de madera crujían ligeramente por el balanceo de la respiración del monstruo, aunque eso tranquilizaba a los más pequeños, que descansaban reconfortados.

Y cuando de vez en cuando el dragón decía algo en sueños, los lugareños se alegraban y hacían fiesta y bebían y bailaban hasta que amaneciera.

Era bonito vivir sobre el dragón...

Eternidad

A la mañana siguiente, la noticia sobre el fin del mundo a penas ocupaba una pequeña columna en una página impar de los periódicos de tirada nacional.

El resto del mundo continuó "muriendo" el resto de la eternidad...

Tre cavalli

Ci sono creature assegnate che non riescono a incontrarsi mai e s'aggiustano ad amare un'altra persona per rammendare l'assenza. Sono sagge.

Hay criaturas asignadas que no consiguen encontrarse nunca y se adaptan amando a otra persona para remendar esta ausencia. Son sabias.

Erri de Luca - Tre cavalli

Piraña

Con tan solo trece años era un experto en el arte de la disección de peces.

Todos los viernes por la tarde iba de la mano de su padre políticamente correcto a la tienda de animales de la esquina, y compraba un bonito ejemplar. Rojo, naranja, de colores, transparente... Una vez hasta se atrevió con una piraña.

Después pasaba horas delante de la mesa de disección que había improvisado en su cuarto, con el bisturí entre las manos y una pequeña mascarilla cubriendo su boca.

Sus padres estaban orgullosos de las aficiones de su único hijo.

Una noche se levantó sonámbulo.

Diseccionó a su padre.

Fin.

Desconexiones

Cuando mi médico de cabecera leyó el artículo según el cual el orgasmo suponía una pequeña pérdida de conciencia, me llamó de inmediato para comunicarme que conocía la razón de mis desconexiones y mi amnesia selectiva.

Era algo que pocos de mis amantes llegaron a descubrir. Que tras el clímax de una relación sexual, mi cerebro sufría una especie de reset, olvidando aproximadamente las últimas doce horas.

Así pues, con cada nuevo orgasmo, comenzaba una nueva vida siempre al lado de un desconocido...

Clavos

Cuando la bailarina de la caja de música dejó su relación con el marinero, nadie parecía muy convencido por su futuro.

Sin embargo, contra viento y marea siguió adelante hasta que su destino se cruzó con el fakir. La amistad se transformó rápidamente en amor, que materializaban sobre un lecho de afilados clavos.

Ella salía acomprar el pan todas las mañanas con un polo de cuello alto que disimulaba las cicatrices que quedaban tras los revolcones feroces...

Edén 2

Adán besando a Abel después de que Eva le dejara por la serpiente.

Caín asesinado por una manzana gigante.

Fin de una civilización...

Pasado

Inmersos en una época en la que una noche de fiesta podía durar medio año, los humanos comenzaron a practicar la recién descubierta amputación de recuerdos pasados para conseguir no saturarse de las vivencias de sus momentos de ocio.

Aunque en un principio se realizaba de forma muy controlada, pronto florecieron las clínicas ilegales en las que prometían borrones de infancia traumática o adolescencias tormentosas.

Algunos de los más intrépidos se aventuraban incluso en la extirpación tardía, en la que se eliminaba todo recuerdo almacenado hasta la noche anterior.

Y en medio de esta hecatombe histórica, nació una nueva profesión de la que me considero el profesional más adelantado.

Por un módico precio, paso tardes con mis clientes con la simple compañía de un té. Las charlas son más bien monólogos, puesto que me dedico a contar datos del pasado de aquel que se encuentra enfrente de mí.

Obviamente, su pasado lo desconozco, al igual que ellos, pero paso horas inventando aquellas vacaciones que pasamos juntos en la playa o la noche en que coincidimos en el bar de la esquina y le acompañaba una rubia despampanante o un fornido mocetón.

El secreto de mi éxito es no contar nunca dos veces la misma historia...

Sorpresas

Anoche me sucedió un hecho de lo más extraño. Desarrollaba mis funciones con fantasma profesional a tiempo parcial en el caserón de la colina, trabajo con el que gano un sobresueldo para mis caprichos (véase mi extensa galería donde acumulo huesos de colección), que ya se sabe, que con la pensión de defunción uno no puede sobrevivir -esta frase no pretendía ser un chiste-, cuando de pronto entró, intrépido, un niño.

Horas antes había espantado a una pareja de jóvenes que querían convertir mi morada en su nidito de amor, y aún quedaban repartidas por el suelo las velas que no llegaron a ser testigo de su pasión.

Bajo aquella tenue luz, el niño entró y acercándose a mí, me dijo:
-Hola, fantasma, ¿sabes? Yo soy tú...

Trata de blancas

Un reportaje en los informativos y quizá la portada de la mayoría de los periódicos de tirada nacional. El desmantelamiento de otra red de blanqueo de dinero, otra mafia rusa, prostitución, pedofilia...

Estaba cansado de escuchar estas palabras y sin embargo, hasta que no me tocó de cerca, ni se me ocurrió dudar en las palabras de los telediarios.

No caí en la cuenta de que era un método ideal para silenciar a los contrarios al "régimen democrático". Que era fácil falsear pruebas en el ordenador, o incluso crear cuentas en el banco.

Era muy fácil si eras uno de ellos.

Era myu fácil si estabas dentro del gobierno...