Blogia
Bajo Arboles Mojados

Sorpresas

Anoche me sucedió un hecho de lo más extraño. Desarrollaba mis funciones con fantasma profesional a tiempo parcial en el caserón de la colina, trabajo con el que gano un sobresueldo para mis caprichos (véase mi extensa galería donde acumulo huesos de colección), que ya se sabe, que con la pensión de defunción uno no puede sobrevivir -esta frase no pretendía ser un chiste-, cuando de pronto entró, intrépido, un niño.

Horas antes había espantado a una pareja de jóvenes que querían convertir mi morada en su nidito de amor, y aún quedaban repartidas por el suelo las velas que no llegaron a ser testigo de su pasión.

Bajo aquella tenue luz, el niño entró y acercándose a mí, me dijo:
-Hola, fantasma, ¿sabes? Yo soy tú...

2 comentarios

Aldeana -

Hay quien puede ver al fantasma y al niño al mismo tiempo...

DuNa -

y el fantasma fue sorprendido :-) Muy bueno