Blogia
Bajo Arboles Mojados

El vals de los monstruos

Parecía un banquete real. Y presidiendo la comitiva, la señora Lo tomaba su ginebra barata en una taza de loza.

El resto de los comensales comían con prisa un puchero, directamente de la gran olla que ocupaba el centro de la mesa. Puchero que había sido preparado con un hueso gigantesco cien veces hervido.

En cierto momento, comenzaron los gritos a uno de los laterales de la mesa. Un señor mugriento había metido su mano en la falda roída de la señora de al lado, que sintiéndose acosada, había derramado el contenido caliente de su plato sobre la cabeza del primero.

Entonces comenzó a sonar la música, proveniente de la vieja gramola del fondo de la estancia. Un niño cojo hacía girar la manivela, y los que hasta el momento habían permanecido sentados al rededor de la mesa, se levantaron de inmediato, como hipnotizados, y se agarraron entre ellos, para formar parejas de lo más extravagantes y moverse al ritmo de vals...

0 comentarios