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Bajo Arboles Mojados

Bicicletas

Había días en los que me levantaba temprano. Aquí, en otoño, no sale el sol hasta bien tarde.

Me levantaba y me aseaba rápido. Un café largo con cuatro gotas de leche y corriendo a coger la bicicleta.

El ambiente comenzaba a clarear, así que debía darme prisa. Recorriendo las callejas estrechas de la ciudad. Y entonces al gran parque. Y después en paralelo al río.

Y el invento de hacer niebla funcionando, sin parar, en la cesta de la bicicleta.

Si todo iba bien, llegaba a casa aún antes de que el sol rompiera por el horizonte.

Asì, con la ciudad sumida en una niebla suave, me dormía de nuevo durante unas horas, sonriente y cansado...

5 comentarios

julio frias nuñez -

De Ti...
tomo el silencio de tu mirar
y el tiempo no lo toco
luego te encuentro
bailar,bailar tan bien
que proboca sueños, dulces sueños de ti.
aun no lo es
y no lo toco
el silencio
tu mirar
el tiempo
tu bailar...
y no puedo creer de como tu bailar habilita mis sueños mis dulces sueños de ti...

Saf -

¡Qué maravilla has escrito!
Qué imagenes!
No me olvidaré.

Saf;-))

Hola, Brocco, en Madrid hay que montar en bici por las calles pequeñas ¡y hay sitios incribles para hacerlo! (me alegro de leerte. Sí. Un abrazo.

Brocco -

Las bicicletas siempre me traen a la boca cierto sabor a adrenalina.... Ahora es más bien frustración, al ver que madrid está hecha para los coches y yo no tengo vocación de suicida.

Anónimo -

precioso poema escondido en del relato,
los echaba de menos.

Anónimo -

Hola, ahora mismo estoy en clase y me he escapado para ver lo que habias escrito hoy. Que envidia! Debes estar en la gloria. Supongo que todo aquello es muy distinto a como es en nuestro pueblo. Aprende todo cuanto puedas de esa nueva cultura en la que acabas de introducirte. Un abrazo