Ángel Caído (II)

Temeroso, agaché la cabeza y fijé la vista en el pavimento. No quería que aquellos espectros me tentaran.
En cambio, mi acompañante les miró a la cara y les llamó con voz seria por su nombre, tras lo cual ellos huyeron despavoridos.
Entonces tomó mi cara con sus manos, y mientras apartaba con sus pulgares las gotas de plata y vidrio que surgían de mis ojos, me engañó de nuevo prometiendo que todo aquello estaba pasado...
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arturo -
DuNa -