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Bajo Arboles Mojados

Me vence

Me vence Aunque intentaba evitarlo, aquella tarde la melancolía le venció y fueron patentes todos aquellos errores y fracasos que había cometido.

Se sentía como un fracasado, un inútil, un cero a la izquierda, y lo peor de todo es que no tenía a nadie a su lado para que le diera un abrazo. Sí, sabía que no se encontraba solo, que tenía muchos (buenos) amigos. Pero sentado en el sofá de su casa, con el pijama puesto y un libro entre las piernas, lloró como lo hacía tiempo atrás, en silencio para que nadie más se diera cuenta.

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