Luz
Parece que en este pueblo las cosas en general van despacio. Los partos van despacio, correos va despacio... Incluso anochece mucho más despacio que en la ciudad.
Allí parece que no hay un atardecer. Allí, el tiempo que le toma a la luz en llegar desde lo alto de los pisos hasta el suelo es el tiempo que tarda el sol en esconderse. Y luego de momento es noche de farolas.
En cambio en el pueblo la luz anda algo más perezosa y se recrea por los tejados de teja y por las casas del casco viejo.
Quizá por eso se ve un poco dorado, el atardecer, en el pueblo. Son motitas de luz que, cansadas, han decidido dejar de correr...
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