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Bajo Arboles Mojados

Muy cansado

    1. Está cansado; casi diría que agotado.
    
    Es imposible estudiar estando agotado. Uno se senta enfrente de los apuntes y comienza a crear el simulacro a su alrededor de persona aplicada. Se ordena el escritorio, las hojas en blanco dobladas por la mitad a la izquierda. Las escritas, pocas o aún ninguna, irán a la derecha, convenientemente ordenadas. Los bolis, de dos colores, negro para los títulos, azul para el texto. Quizá un lápiz para esbozar algún esquema, para trazar un dibujito. Justo en frente, los apuntes; el ordenador a mano para consultar dudas.
    
    Y permanece sentado, con la espalda erguida, durante 20 minutos, quieto, mirando la pared del frente. Quieto.
    
    2. Quieto.
    
    3. Entonces descubre que no sabe exactamente qué hace así. No es que haya olvidado que debía estudiar, no. Lo recuerda. Pero no puede.
    
    4. Quizá comience a llorar, o sea más pragmático y entre en la despensa. Un plátano, una manzana. Alguna galleta.
    
    Y de nuevo frente a los apuntes.
    
    5. Quieto.
    
    6. Y es entonces cuando, con los ojos rojos y la barriga llena, se da cuenta de que ya no puede más.

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