Una casa pequeña con un balcón pequeño
A veces se ponía a pensar en el futuro. No solía hacerlo demasiado, quizá tan sólo cuando tomaba café en la cafetería de la esquina y no quedaban libros ni revistas por leer.
Se imaginaba normalmente solo, aunque en alguna ocasión aparecía aún a su lado. Viejo, eso sí. Viejísimo.
Por alguna extraña razón, quizá porque era la bebida que tenía enfrente en esos instantes, tendía a verse en sus visiones preparando una cafetera. La artrosis limitando sus movimientos por una casa pequeña llena de estanterías llenas de libros. Una casa pequeña y vacía de muebles, con un balcón pequeño, como los de las casas viejas, que daba a una calle, pero por el que entraba muchísima luz.
En algún aparador, una foto con dos personas. Una de ellas se fue. Pero ya no lloraba, ahora sonreía al recordar.
Se imaginaba normalmente solo, aunque en alguna ocasión aparecía aún a su lado. Viejo, eso sí. Viejísimo.
Por alguna extraña razón, quizá porque era la bebida que tenía enfrente en esos instantes, tendía a verse en sus visiones preparando una cafetera. La artrosis limitando sus movimientos por una casa pequeña llena de estanterías llenas de libros. Una casa pequeña y vacía de muebles, con un balcón pequeño, como los de las casas viejas, que daba a una calle, pero por el que entraba muchísima luz.
En algún aparador, una foto con dos personas. Una de ellas se fue. Pero ya no lloraba, ahora sonreía al recordar.
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