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Bajo Arboles Mojados

Desconfiar

    El problema es que la desconfianza se instaló en mi cabeza.

    Ahora ya no sé diferenciar entre lo que sucede, lo que no ha sucedido, y lo que me dicen que no ha sucedido pero sí ha pasado.

   

    Tengo los cristales de las gafas sucios. Polvo y lágrimas.

    Aún lloro.

    Poco, pero lloro. 

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