Basado en hechos reales
Ayer vino a comprar una chica rumana, clienta habitual de la tienda en la que trabajo. Yo estaba cobrando en las cajas, y cuando tenía que devolverle el cambio, ella cogió rápido mi mano llena de monedas, le dio la vuelta, y tomándolas todas excepto una de cinco céntimos, leyó los surcos de mi palma izquierda, sin que me diera tiempo a protestar.
Cuando levantó la cabeza, tenía una lágrima en los ojos y no dijo nada más que un Lo siento, con un duro acento.
Guardo la moneda de cinco céntimos como si fuera un amuleto contra el destino que vio...
Cuando levantó la cabeza, tenía una lágrima en los ojos y no dijo nada más que un Lo siento, con un duro acento.
Guardo la moneda de cinco céntimos como si fuera un amuleto contra el destino que vio...
1 comentario
renata -
que cosar te ocurren