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Bajo Arboles Mojados

Circunloquio

Ayer tarde, después de una agotadora jornada en la granja (estamos acabando de montar calores, enseñamos a patos a graznar y a burros a rebuznar, le decimos a los frutales que después de verano esperamos sus frutos, y en un rincón de uno de los talleres, dejamos crecer, poco a poco, un montón de levadura que ayude al pan a subir)... Pues eso, que después del trabajo en la granja, fui a dar un largo circunloquio con "esa persona". En cierto momento creí que llegaríamos a rodear el planeta con nuestro paseo.

Fue un poco como siempre, es decir, como antes. Le conté mis problemas y en aquello en lo que creía que me había fallado.

Él, agachando la cabeza, afirmaba y explicaba sus carencias...

Creo que habrá segunda parte de la conversación (y tercera, y cuarta, y quinta), porque hay muchas cosas que explicar, muchos meses de requemores por apagar.

Pd.: Dormí, abrazado a Momo, como no lo había hecho nunca... El agotamiento físico es maravilloso, y produce unos sueños dignos de los mejores cuentistas.

1 comentario

Anónimo -

¡Quién fuera Momo!