Pequeño secreto
Y ahora, de nuevo, vuelta a la (sub)normalidad
Tengo un pequeño secreto que no he dicho nunca a nadie, y que espero que nunca nadie llegue a conocer.
Y es que cuando mis padres salen de casa por las tardes, cuando está atardeciendo y se queda por todas las habitaciones ese resplandor rojizo casi mortecino, puedo convertirme en fantasma. Sí, sólo con cerrar los ojos y desearlo fuertemente, mi cuerpo se desvanece y me vuelvo etéreo, prácticamente aire. Entonces me dedico a vagar como alma en pena por mi casa. El problema es que es bastante pequeña, y pronto termino de recorrer las habitaciones con mis ruidos de cadenas. Llego a resultar casi patético...
Cuando vuelven mis padres, regreso a mi estado normal. Y ellos me dan un beso en la frente y me voy a la cama como un chico bueno...
Tengo un pequeño secreto que no he dicho nunca a nadie, y que espero que nunca nadie llegue a conocer.
Y es que cuando mis padres salen de casa por las tardes, cuando está atardeciendo y se queda por todas las habitaciones ese resplandor rojizo casi mortecino, puedo convertirme en fantasma. Sí, sólo con cerrar los ojos y desearlo fuertemente, mi cuerpo se desvanece y me vuelvo etéreo, prácticamente aire. Entonces me dedico a vagar como alma en pena por mi casa. El problema es que es bastante pequeña, y pronto termino de recorrer las habitaciones con mis ruidos de cadenas. Llego a resultar casi patético...
Cuando vuelven mis padres, regreso a mi estado normal. Y ellos me dan un beso en la frente y me voy a la cama como un chico bueno...
4 comentarios
lágrima -
Beca -
besos
pizco -
Raquel -