Blogia
Bajo Arboles Mojados

Carnaval

Carnaval El baile fue maravilloso. Todos estaban vestidos con sus mejores galas. Pomposos trajes de época, bonitos disfraces de arlequín. Incluso había alguna pareja de marineros comiéndose a besos por los rincones. Y todos con la máscara puesta, el único requisito que se había impuesto para poder asistir a la fiesta.

Pero cuando las campanadas sonaron anunciando la entrada del miércoles de ceniza, y las caretas comenzaron a caer, quedé horrorizado al comprobar que nadie en aquel salón tenía rostro. Ni tan solo yo...

6 comentarios

domingo -

los rostros aparecen, desaparecen y vuelven a aparecer pero nunca se olvida una idea

Último hombre feliz -

Nuestro rostro, en la mayoría de casos, es ya de por si una careta.

Muy bueno, hasta el nórdico impasible se ha estremecido.

Juank -

Yo dejé la máscara en el armario de mi casa en Panamá... aquí soy yo mismo!!

Raquel -

Qué tétrico...
Me has hecho recordar la última obra de Kubrick, Eyes wide shut... fantasmagórica también donde las haya...

Gea -

Todos llevams puesta siempre alguna máscara, como si viviéramos en un eterno carnaval.

Beca -

hay gente que de tantas máscaras que se pone...ya no sabe ni cual era su cara...
un post estremecedor
un beso :)