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Bajo Arboles Mojados

En mi hombro

En mi hombro Subido en el autobús, la chica que se le sentó al lado apoyó la cabeza en su hombro, sin decirle nada, sin mirarle. Y cuando ya hacía 5 minutos que ella no se movía, dijo, como entre uno de sus sueños:

-No te importa, ¿verdad?

Entonces, notando la cabeza de ella así, oliendo su perfume, sintiendo el calorcillo que desprendía y su pelo, suave, contra su cuello, recordó la última persona que había dormido en su hombro, en el asiento trasero de un taxi, camino de la madrugada más mágica que ninguno de los dos pudiera haber vivido nunca jamás.

2 comentarios

oroD -

Com m'agradaria que de tant en tant intentares comprendre'm...

GeBeSa -

Qui te fam somia rollos...o no??