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Bajo Arboles Mojados

Fin y principio.

Creo que ya había acabado el tiempo para este blog...

Nos continuamos viendo, si queréis, aquí.

Mil gracias por mojaros conmigo...

Haiku

Sucedió una vez
que dijiste te quiero.
Ahora, todo, tú.

Haiku

En el autobús
sólo leen poesía.
El mundo acaba.

 

Haiku

Creerme feliz
algún día, contigo,
menudo chiste.

Mocos

Esta sensación
de tener lanarizmásgrandedelmundomundial
por la congestión
no me acaba de desagradar.

Sí, señores,
no me molesta la congestión
los mocos
la tos
incluso, si es leve,
el dolor de garganta.

No me molesta.

Porque no puedo dejar de pensar
en bufandas de primavera
(los almendros ya están en flor)
y en cometas.

Cometas...

Miniaturas

Anoche
salí a pescar botas en un mar
de gente.
Y bailar
como si no hubiera nada más
como si no hubiera nadie más.
No escuches la música
y fija tu atención en el ritmo.
Moverse.
Moverse.

Hoy me duele un poco el cuello
y quizá pueda decir
que tengo agujetas.

Pienso en construir edificios
en las esquinas de los edificios.
Fachadas en miniatura
donde salir a comprar el pan
a tomar un café
a comprar un libro.

Esta noche toca trabajar.

Esther

    Son las 5 de la tarde
y aún llevo un pijama de quirófano
azul. Mi compañera
parece que discute vía telefónica
y acabo de poner la cafetera
por petición suya.
Porfa, no te vayas, quédate
y toma café aquí conmigo.
Dame abrazos.
Dice.

Nos acurrucamos en un sofá
que parece una cama
de un matrimonio imposible.

Rojo,
el sofá,
y algún cantautor al que ignoramos
canta en la tele
mientras tecleamos ambos en los teclados
pequeños
de sendos portátiles
pequeños.

Creo que no voy a pedir nada más.

Casas

    La casa vacía y una mesita baja llena de libros, algún disco, un par de periódicos. Un hule sobre un rincón con un vaso de leche y un tarro trasparente de galletas.
   
    Esta casa es cómoda y cálida. Las plantas se han desperezado en el balcón, han decidido sacar sus mejores galas y nos regalan con unos cuantos capullos rosas. La enredadera que nacía en mi corazón y buscaba lugares donde amarrarse para no sentir el vértigo del viaje se enraíza sobre la pared de una fachada deslucida. Cualquier edificio de cualquier barrio obrero.
   
    Tengo poco tiempo o puede que lo use mal. Leo bastante, con una mantita sobre las piernas o sobre los hombros si no hay quien me de un abrazo. Por detrás.

Gordo

 



 

Muerto

 



 

Año nuevo, oportunidades nuevas

    Siempre hay sorpresas.
   
    Un día te crees hundir y justo al día siguiente recibes una llamada que te vuelve a dar esperanzas.
   
    Una nochevieja recibes mensajes que te hacen sonreír. Y besos.
   
    Y aunque la tristeza ya se había hecho un lugar en tus ojos y en tu corazón, sabes que tiene el tiempo contado.
   
    E incluso llegas a esbozar un esbozo de sonrisa...

Se cae (post dedicado a mis queridos enemigos)

    Una mañana te levantas feliz y contento, remoloneas en la cama, al final sales de ella y te preparas un buen tazón de café con leche, con magdalenas, cereales, galletas...
   
    Sales a dar una vuelta por el centro de tu ciudad, realizas compras navideñas, te das algún(os) caprichos...
   
    Entonces se hace la hora de comer, apuras algo sacado del congelador, madre te carga de comida siempre en tus fines de semana (que no son los de los demás).
   
    Y llegas al trabajo y encuentras una nota de tu supervisor avisando de una reunión dos veces importante. Y oyes a la gente susurrar a tus espaldas, y hay rumores, y te dicen cosas...
   
    Y entonces, como a media tarde, aparece tu supervisor...
   
    (Para todos aquellos enemigos que me he podido ganar a lo largo de los años; comiencen en este punto a dibujar una sonrisa en sus caras)
   
    ... que te dice que están muy contentos con tu trabajo pero que lamentándolo mucho no van a poder renovarte el contrato, porque desde arriba les han apretado y recortado personal.
   
    Y entonce sientes que todo, todo tu Nuevo Mundo se tambalea. Que igual se terminan los cines, los cafés, los desayunos y los abrazos a media noche...
   
    Y te entran ganas de llorar. Aunque no lo hagas.

Como en USA

    Desde hace unos meses, al realizar compras no demasiado voluminosas, en el supermercado de la cultura de mi ciudad te dan una bolsa de papel para llevarte tus adquisiciones.
   
    Alegan razones ecologistas para ello, aunque yo sé la verdad.
   
    En USA, cuando compras bebidas alcohólicas, te dan bolsas de papel opacas porque imagino que habrá alguna ley que impida beber en la vía pública, o al menos que las botellas de bourbon o wisky barato que beben los teenagers no sean demasiado evidentes para el resto de los viandantes.
   
    Yo sé que en realidad, en el supermercado de la cultura de mi ciudad han descubierto que la cultura es pecado. Por eso te animan a esconder tus últimas adquisiciones en bolsas opacas. Como en USA.
   
    ¿Cuándo hace que no veis a alguien caminando y leyendo por la calle un libro?

Llevo...

... toda la tarde intentando volver a hacer pajaritas... A ver si no me he olvidado.

Delante del espejo

    Perdí las costumbres.
   
    Una mañana me levanté y la poesía se había ido de paseo con otra más guapa, más alta, sin michelines ni celulitis.
   
    Al día siguiente olvidé felicitar a mi blog por sus cinco años de tonterías.
   
    Ya ni me reconozco delante del espejo. Quizá esté envejeciendo...

Spinnin'

    Claro, se me ocurre que sería un buen momento para ir al cine y miro la cartelera... El centro de la ciudad tiene pocas salas, así que no hay demasiado donde elegir. De todos modos, no es necesario.
   
    En la segunda sala que consulto encuentro una película interesante. Decidido. Entonces me pongo a navegar por blogs y resulta que M fue ayer a verla.
   
    Una película diferente.
   
    Me autonconvenzo, seguro de que voy a pasar un buen rato...
   
    ... y va y a los 5 minutos de película ya estoy llorando como una magdalena... hasta el final. Casi dos horas de sollozos.
   
    Y sin embargo, no puedo dejar de recomendarla...

Lost in...

    Hay una escena al final de Lost in translation que me encanta.

    Bill Murray está en un taxi yéndose de Tokio y entonces cree ver a Scarlett Johanson por una calle. Pide al taxista que se detenga y sale tras ella.
   
    La alcanza, se miran a los ojos y se abrazan. Se besan.
   
    Él le susurra algo al oído. Algo que nadie, ni tan solo el espectador es capaz de captar.
   
    Ella se separa y le dedica una sonrisa llorosa.
   
    De vuelta al taxi, Murray mira por la ventana y suena una canción melancólica y...
   
    ...fundido en negro...

Caduca

Caduca

    Odio que en mi pueblo, un alcalde maravilloso decidiera que le resultaba más caro el podado y la limpieza de los árboles de hoja caduca, y por ende, los arrancara y los relegara a un descampado en frente del cementerio.
   
    Y como sustitutos, colocara algo que parece cañas de bambú en cuanto a su grosor, que ni da sombra, ni tienen hojas a penas, ni caen en otoño ni nada de nada...
   
    Echo de menos los naranjas...

Pequeñas cosas

    Al final del día llega la calma de las cosas bien hechas. La camiseta interior que se sale por debajo del jersé no demasiado gordo aún. El polvorón de postre que encontraste por sorpresa en la despensa de casa de tus padres.
   
    Haces un repaso rápido para ver si dejaste las cosas en su sitio en tu habitación. Las plantas con agua para dos días, el portátil desconectado y la otra cama aún sin acabar de hacer.
   
    Hay que poner una lavadora en breve. Quizá el jueves tarde.
       
    Mañana te fundirás con el asfalto durante una hora y media y luego intentarás acabar algún libro más.
   
    Parece que es lo único con lo que consigues acabar en estos tiempos. Con las páginas de las novelas que nunca serás capaz de escribir.
   
    Quizá este fin de semana tengas suerte y vuelvas a tomar Tanqueray.
   
    Quizá...

Eleanor Rigby

So I feel
like all the lonely people
all the times you decide to run...