Gustillo
Los pronósticos rara vez son equivocados.
He pasado días de sonreír, y días de querer gritar y no hacerlo.
Han habido días en los que he perdido una guerra, y otros en los que el sabor del chocolate me ha quitado cualquier duda o incerteza de la cabeza.
El problema de la astenia es que me hace sentirme vulnerable y desprotegido. Aunque al fin y al cabo, eso me convierte en una persona más viva. Y eso me gusta...
Acabaré cogiéndole gustillo a que los días se alarguen, parece.
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