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Bajo Arboles Mojados

Corazas

    Es fácil y cómodo llevar corazas. Además, uno se acostumbra pronto a ellas y es como si no las llevara.
    
    Las corazas pueden ser de muchos tipos, duras o flexibles, irrompibles o con puertas y ventanas para dejar pasar, a través de ellas, lo que queramos.
    
    Porque es cierto, a pesar de llevar una coraza, uno no se evade del mundo exterior.
    
    Llega un día, que por la razón que sea, la coraza se rompe (voluntad propia, efectos atmosféricos o del tiempo, etc.), y la persona queda expuesta completamente de nuevo a lo que le rodea. Puede que durante el tiempo que vistió la armadura pudiera madurar sobre aquello que le obligó a ponérsela, y también puede que cuando se quede desnudo y expuesto, se dé cuenta de que no ha cambiado nada (ni dentro ni fuera).
    
    Yo aún no sé cómo es esta coraza que me envuelve en estos momentos. Me deja bastante libertad de movimientos, y además, si lloro, no se ve.
    
    Temo por el momento en que decida quitármela.
    
    ¿Qué habrá cambiado?

2 comentarios

Anónimo -

Las corazas son buenas, casi siempre, yo más que pensar que se decide el momento en el que se retira dicha coraza... pienso que la coraza se cae, como si fuera el cortezón de una herida, puesto que en muchos sentidos, una coraza no deja de ser algo que nos protege tras ser heridos. Cuando cicatriza y se cura acaba cayendo. Arrancar un cortezón no suele ser bueno...

anónimo -

no temas porque la única certeza es que todo cambia, todo evoluciona.
besets!