Teoría (de las otras camas a dos)
Anoche, como muchas otras noches, C. se metió en la cama conmigo para leer un rato antes de dormir. Es una costumbre que empezamos hace dos años, cuando él tenía 9 años y no ocupaba casi ni un cuarto de la cama. Lo repetimos todos los inviernos. En verano no podemos estar los dos en una cama tan pequeña.
Sólo que C. va creciendo y cada vez se nos hace más difícil compartir las sábanas. Cualquier día ya ni cabemos los dos. Las sábanas y el edredón nos los vamos arrancando el uno al otro. Y se confunden las lecturas, claro. Como la cama es pequeñita...
Yo anoche leía una novela policíaca y de vez en cuando veía asomar la cola de un dragón de los del libro de mi hermano. Y yo, porfa, C., hazte un poco hacia allá, y él, jo!, es que me quedo en el borde y me sube el frío.
Creo que si continúa creciendo deberé pedir a mis padres una cama de cuerpo y medio. Porque a estos rituales me niego a renegar...
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kaveri -