Teoría (de las sábanas y los faros)
Odio las sábanas. Son un organismo pérfido, traicionero y siempre hambriento. Hay pocas cosas más fáciles que perderse entre unas sábanas.
Cuando se duerme solo, las sábanas tienden a enroscarse entre las piernas de uno. Entre los brazos también. Y a veces se ajustan incluso en el cuello. Son como boas constrictores las sábanas.
Si se acuesta uno acompañado, la sábana se vuelve celosa, y se empeña en separar a la pareja. Y cuando comprueba que es difícil, casi imposible, se aparta. Al menos que se constipen, pensará.
Yo intenté mandar una petición al gobierno para que instalaran faros en todas las camas. Para no perderse entre las sábanas. Un faro siempre encendido al final de la cama. En la pata izquierda. Aún no me han respondido los del gobierno…
5 comentarios
Fire_Walk_With_Me -
anita -
Anónimo -
Además a veces no importa perderse si estás en buena compañía.....
kaveri -
SuperManzana -