La ciudad en el cielo
Los hombres tardaron mucho en encontrarlo. Un espacio grande de terreno virgen, aunque fuera un desierto, que se asentara sobre un gran lago subterráneo seco.
Pero al final lo encontraron y construyeron la ciudad.
Invirtieron grandes cantidades de materiales y dinero. Por encima, la llenaron de palacios, casas lujosas, colegios, universidades y hospitales, laboratorios, torres... Todo lo que les pudiera hacer falta.
Y luego comenzó el éxodo. Tan solo un grupo de gente selecta fue invitada a vivir en aquella ciudad.
Mientras tanto, bajo la superficie, los trabajos continuaban los trabajos, a escondidas de los ojos de los más curiosos. Constantemente se veían entrar camiones llenos de componentes electrónicos. Pero una vez entraban por las bocas de los túneles... Nada.
Y por fin, una mañana, se desencadenó todo. Ante las miradas expectantes de la gente que se había reunido en las inmediaciones debido a los últimos rumores, la ciudad comenzó su lento ascenso. Paulatinamente, la roca se resquebrajó en la superficie hasta que aquella inmensa mole, de roca, metal y componentes electrónicos, quedó suspendida a kilómetros de altura.
Los más ancianos cuentan que en aquellos momentos, algunos de los más escépticos de la ciudad se precipitaron al vacío, pensando que la empresa no llegaría a un buen fin.
Pero no. Una vez se quedó suspendida en las alturas, quieta, de unos tubos de la parte inferior comenzó a surgir unas nubes de gas, que cubrieron por completo la isla flotante.
Desde entonces, no se ha sabido nada más del os habitantes de aquel ingenio. Quizá decidieran esperar al final de la tercera guerra para volver a descender. Es posible que continuaran subiendo hasta alcanzar la órbita de algún planeta exterior.
Yo, sin embargo, creo que murieron todos de pena y soledad, y que la isla aún flota allá arriba, escondida en su mar particular de nubes, esperando ser redescubierta...
Pero al final lo encontraron y construyeron la ciudad.
Invirtieron grandes cantidades de materiales y dinero. Por encima, la llenaron de palacios, casas lujosas, colegios, universidades y hospitales, laboratorios, torres... Todo lo que les pudiera hacer falta.
Y luego comenzó el éxodo. Tan solo un grupo de gente selecta fue invitada a vivir en aquella ciudad.
Mientras tanto, bajo la superficie, los trabajos continuaban los trabajos, a escondidas de los ojos de los más curiosos. Constantemente se veían entrar camiones llenos de componentes electrónicos. Pero una vez entraban por las bocas de los túneles... Nada.
Y por fin, una mañana, se desencadenó todo. Ante las miradas expectantes de la gente que se había reunido en las inmediaciones debido a los últimos rumores, la ciudad comenzó su lento ascenso. Paulatinamente, la roca se resquebrajó en la superficie hasta que aquella inmensa mole, de roca, metal y componentes electrónicos, quedó suspendida a kilómetros de altura.
Los más ancianos cuentan que en aquellos momentos, algunos de los más escépticos de la ciudad se precipitaron al vacío, pensando que la empresa no llegaría a un buen fin.
Pero no. Una vez se quedó suspendida en las alturas, quieta, de unos tubos de la parte inferior comenzó a surgir unas nubes de gas, que cubrieron por completo la isla flotante.
Desde entonces, no se ha sabido nada más del os habitantes de aquel ingenio. Quizá decidieran esperar al final de la tercera guerra para volver a descender. Es posible que continuaran subiendo hasta alcanzar la órbita de algún planeta exterior.
Yo, sin embargo, creo que murieron todos de pena y soledad, y que la isla aún flota allá arriba, escondida en su mar particular de nubes, esperando ser redescubierta...
2 comentarios
Athe -
Leonel -