Blogia
Bajo Arboles Mojados

La literatura (II)

—Bueno, pues eso, buenas noches...

— ¡Espera!, ¿te importaría que subiera y me das un vaso de agua?

—Venga, claro, sube.

Y en cuanto cerraste la puerta, te paraste en seco, y yo choqué por detrás contigo. Y te giraste despacio, me miraste a la cara con esos ojos serios, y lentamente, centímetro a centímetro, fui acercando mis labios a mis sueños, para por fin cumplirlos.

Y cuando el reloj del campanario dio las cuatro y media, salí corriendo sonriente de tu casa, dejándote entre sueños, colocándome la ropa recién puesta, pensando en el viernes, cuando volvería a verte...

1 comentario

GeBeSa -

Ceniciento de 4'30, tus cuentos son preciosos, lástima que no hagamos más veces lo que nos mandan nuestros impulsos dejando la razón a un lado...