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Bajo Arboles Mojados

Nómadas

Como cada año, depositamos la ofrenda en medio del camino. La gente que pasaba, la miraba respetuosa, e incluso añadían elementos a la inmensa pira.

Ropa de abrigo, comida preparada para llevar en los largos viajes... Y el joven elegido, como cada 27 años, para comenzar su viaje iniciático.

Responsabilidad que había caído sobre mí, después de mis facultades demostradas poco tiempo hace. El desmayo... Dicen que hablé sin parar. Que adiviné la sequía del invierno pasado. Y que después conseguí apaciguar al monstruo y hacer que se fuera... Yo no recuerdo
nada. Siempre es la misma sensación. Primero desfallezco, y luego me cuentan historias que me cuestan de creer...

Pues allí me encontraba, en la fría noche de la segunda luna llena del año, junto a la gran ofrenda que mi pueblo ofrecía a los nómadas por protegernos.

Y fue más o menos cuando los lobos comenzaron a rondar, y yo ya temía por mi seguridad, cuando los vi llegar a lo lejos, con las capuchas cubriendo su rostro...

2 comentarios

Saf -

¿Sabes lo que es impresionante?? -La facilidad y ligereza con la que pintas atmósferas y decorados, como sin querer, que podrían ser el inicio de cualquier buena novela.

Espero que algún día te des cuenta del inmenso talento que tienes para la literatura y en lugar de un blog (donde nos asomamos tantos a disfrutar) te embarques en proyectos más importantes.

Un beso (para esa pira de ofrendas)

Saf ;-))

Yarince -

Cuánta magia hay en esos ritos iniciáticos. Algo atávico, que nos provoca ecos de cuando vestíamos pellejos.