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Bajo Arboles Mojados

La noche del cometa (I)

La noche en que pasó el cometa, yo estaba tranquilamente cenando un plato de lubina a la sal.

De momento, mamá comenzó a gritar, ¡FUEGO!, ¡FUEGO!, y a dar saltos por toda la casa. La verdad es que yo me cabreé bastante, ya que acababa de llegar de la universidad, y estaba bastante cansado, por lo que sólo quería cenar tranquilo para acostarme pronto y leer hasta las mil.

Cuando 20 segundos después, comprobé que mamá no dejaba de gritar, y además, se habían añadido a sus berridos los de mi hermano pequeño, decidí asomarme al balcón, lugar en el que se encontraban para reñirles, ya que estarían llamando la atención en todo el vecindario.

Pero cuál fue mi sorpresa al salir al exterior y descubrir el cielo completo en llamas...

Para ser sincero, debo decir que desprendía un calorcito muy agradable, puesto que estábamos en uno de los eneros más fríos que había vivido. Y además el espectáculo era sorprendente. Al igual que sorprendente era ver que había infinidad de personas en la misma situación que mi madre y mi hermano.

Me quedé contemplando el cielo cerca de 3 minutos, como embelesado, y cuando me cansé, me metí en el comedor, dispuesto a terminar mi cena...

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