Cojines de medusas
Se metió desnudo en el agua y allí estaban esperándole. Le recibieron con abrazos y le vistieron con paños de algas. Le colocaron un collar de perlas negras. Y le coronaron con coral rojo.
Cuando comenzó a tomar color azulado, le espolvoreaban con gorgonia triturada, y para que no se durmiera en los eternos actos oficiales marinos, le hacían sentar sobre cojines de medusas.
A los pocos meses, el rey tritón del Mediterráneo le concedió la mano de su única hija. Y fueron a vivir a un castillo inmenso situado bajo Sicilia.
Y sin embargo, algunas noches, en la soledad de la torre principal, diluía en el mar sus lágrimas contemplando el reflejo de la luna, que a penas penetraba en aquellas profundidades.
Cuando comenzó a tomar color azulado, le espolvoreaban con gorgonia triturada, y para que no se durmiera en los eternos actos oficiales marinos, le hacían sentar sobre cojines de medusas.
A los pocos meses, el rey tritón del Mediterráneo le concedió la mano de su única hija. Y fueron a vivir a un castillo inmenso situado bajo Sicilia.
Y sin embargo, algunas noches, en la soledad de la torre principal, diluía en el mar sus lágrimas contemplando el reflejo de la luna, que a penas penetraba en aquellas profundidades.
1 comentario
GeBeSa -