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Bajo Arboles Mojados

Ni sabían ni imaginaban ni se daban cuenta

    A. no se dio cuenta, y J. está demasiado ocupado últimamente. A. tampoco imaginaba que lo que proponía me hacía poco bien.
    
    Pero M calló cuando apoyé la cabeza en su hombro. Callaba y pasaba las hojas del periódico.
    
    La nevera emitía el zumbido perpetuo que siempre asociaré a la cocina de M. A. en el baño. Mi cabeza en el hombro de M.
    
    Los ojos cerrados.
    
    M. comienza a mesar y desordenar mis rizos, justo en el momento en el que comienzo a llorar.
    
    Ni A. ni J. ni A. sabían ni imaginaban ni se daban cuenta.
    
    M. continuaba pasando las hojas del diario de la mañana. Yo lloraba. Mis rizos un poco más desordenados.
    
    No necesitaba nada más...

3 comentarios

E -

Yo tampoco...

Jardinera -

A veces uno sólo necesita sentir que no está solo.
No lo estás.

A. -

no lo pillo