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Bajo Arboles Mojados

Teoría (de la perfección)

    Las ollas a presión me cargan. Igual que los poetas que usan construcciones del tipo "acusome" o "diole". Me parecen igual de insoportables.
    
    Estos días escribo poco y pienso mucho.
    
    Escribo poco porque ando liado pensando regalos y nuevas maneras de hacer el amor.
    
    He descubierto que las camas se quedan, durante unos 15 o 17 minutos, con la temperatura ideal después de hacer el amor. La temperatura ideal es aquella que se alcanza en las camas cubiertas con un edredón nórdico justo después de que suene el despertador por la mañana. Ni frío ni calor. La temperatura ideal es un estado previo al estado ideal, que como bien postuló Algora hace ya casi dos años, es el estado intermedio entre quererte y no, una canción de Coldplay o el final de Amelie. Es una lágrima a punto de caer tras una carcajada. Yo añadí un par de momentos más al estado perfecto, como los chocolates de cafetería con frío fuera o los coloretes que se dibujan en las caras tras hacer el amor.
    
    Y mientras escribo esto, compruebo que el estado perfecto tiene mucho que ver con el amor y las camas.

2 comentarios

quin qui duk -

también me cargan los poetas envarados, lo que no entiendo es cómo ellos no se dan cuenta de los cargantes que son. Sobre la temperatura ideal de las camas, hay un cuento precioso en Los amores difíciles de Italo Calvino, donde cuenta una historia linda, pero un poco triste...

Aldeana -

Yo también escribo poco... y pienso demasiado... y me estoy volviendo celosa de mi intimidad, puede que porque noto que demasiada gente se quiere meter en mi vida :(