Blogia
Bajo Arboles Mojados

Carta a V.

Estimado V.

Se acerca el día en el que se cumplirán los dos años de nuestro encuentro.

Si tuviera que buscar alguna palabra para describirlo, no podría encontrar ninguna más apropiada que fortuito. Por dos razones:

La primera hace referencia al elemento casual que comporta la palabra. Porque desde que nos separamos, la vida no ha dejado de ser para mí un cúmulo de casualidades que me han llevado a otras personas, a otras situaciones que me han ayudado a crecer, a evolucionar (a svilupparmi), y a darme cuenta de que nunca llegaré a alcanzar todo lo que me gustaría. Y esto no me deprime, porque pienso en un futuro lleno de nuevas búsquedas de lo desconocido, para intentar llenar al menos, parte de las estanterías que a mi muerte, continuarán casi vacías. Esto no me desanima, sino que me incita a continuar...

La segunda razón está relacionada con la acepción de fortuna que se entrevé en la palabra fortuito. Porque fue una casualidad afortunada que aquella noche nos encontráramos, como intentando salvarnos de un mundo que nos ahogaba, y de allí, partiera lo que, hasta no hace ni dos meses, fue la relación que más me ha marcado.

Porque tengo claro que aquella noche por Madrid, lancé la última cometa que me quedaba y logré pescar un ángel caído. Después tú mismo me enseñaste a construir más cometas. De ti nacieron millones de palabras que estaban atrapadas en mi cabeza, escondidas en algún rincón de mis circunvoluciones. Tú me enseñaste a darles forma y atarlas con hilos finos y livianos. Y me diste la paciencia de esperar.

Porque me creí afortunado de haberte conocido (de haberte tenido), pensando que eras el único ángel caído sobre la faz de la tierra. Y hace a penas dos meses, la vida volvió a dar una vuelta y me mostró a otro como tú. Lo más extraño es que esta vez, al mirarle, me vi en un espejo.

Así, ahora veo un futuro extraño, quizá triste (la vida es triste, es algo que he aprendido en estos dos años). Pero voy a intentar combatir esta tristeza con nuevas palabras y gemidos entrecortados al amanecer.

Y continuaré buscando más como tú, como el otro, como yo (ahora lo sé). Porque me creí con suerte de haber conocido a uno, la vida me concedió un segundo, y ahora pienso esperar aún más...

Escrito el 4 de Abril de 2mil5

3 comentarios

Anónimo -

Estoy seguro.

GeBeSa -

Quién sabe?, quizás seas un ángel caído...

kaveri -

veo que te has sviluppato bene, chaval. Ya nos vemos mañana aun que tendrá que ser a comer, que antes tengo curso de doc.