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Bajo Arboles Mojados

Regando las orquídeas

Me levanté, junto con el sol que se desperezaba, cuando los primeros indicios de claridad aparecían en el horizonte. Sudoroso y desnudo fui directamente a la terraza del ático, desde donde pude ver una gran luna llena, repleta de cráteres, que aún conservaba su resplandor argéntico a pesar de la luz del ambiente.

Y entonces la escuché claramente...

Una voz de mujer, sensual, deliciosa, acompañada de violines suaves que me envolvían, de trompetas que rebotaban en mi torso, y la batería, que tranquilamente marcaba el ritmo de la canción y de mi corazón.

Comencé a caminar sobre los tejados de las casas vecinas, siempre en línea recta, sobre la urbe que se alzaba bajo mis pies. Perseguía, cegado, esa voz que erizaba cada uno de mis pelos.

Completamente excitado, la encontré en el centro de la ciudad, en un jardín sobre un edificio, rodeada de velas que ya de nada servían, regando las orquídeas. Y esperándome...

5 comentarios

luna -

andábamos sin buscarnos, pero sabiendo que andábamos para encontrarnos...

Ame -

me alegra leer cuentos llenos de belleza y detrás de los que se intuyen felicidades y sonrisas :) :*

Anónimo -

Que bonito es cuando sin saberlo/subconscientement... nos buscamos (y mas aun cuando se encuentra!)

asisoyyo -

Era ya de día, no? Lo digo por lo de las velas. Muy sensual, cálido.

spiralh -

te dijo algo?