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Bajo Arboles Mojados

Distracción (VI)

Distracción (VI) Una de sus mayores diversiones era salir a cazar. Cuando ya hacía unas cuantas horas que había anochecido, se echaba encima las membranas de las alas de algún dragón muerto tiempo atrás y encendía una vela y la introducía en un recipiente de ámbar casi opaco, pues no quería espantar a sus presas. Con esto, y con una gran sábana de seda negra tejida por las arañas del bosque milenario, se adentraba en las grandes praderas que se extendían más allá del lago.

Se movía sigiloso por entre la hierba. Había descubierto que el ligero zumbido de sus alas espantaba a los bichejos, por lo que tenía que practicar sus artes andando. Con mucha cautela, se arrastraba intentando ocultarse entre la espesura de las briznas. Y cuando detectaba un grupo importante de presas... ¡zas! Lanzaba la sábana al aire, que caía sobre los insectos y los atrapaba.

Ya de vuelta en casa, antes de que amaneciera, cerraba cuidadosamente todas las ventanas y orificios de la estancia. Y las dejaba libres. Una a una, las luciérnagas se desperdigaban por el techo, primero con sus luces apagadas, y conforme iban adaptándose al nuevo ambiente, iban recuperando el fulgor de sus abdómenes. Así, con un cielo propio dentro de casa, podía dormir tranquilo hasta pasado el medio día.

3 comentarios

oroD -

Cuando vaya para Barcelona, llevaré alguna para ti...

Juank -

¿En tu próxima cacería de luciérnagas me regalas unas cuantas para mi habitación? Las pondré al lado de la colección de libélulas que guardo como regalo para el día en que nos conozcamos...

Yo Misma -

Capturando noches, guardando estrellas en su habitación. Que bonito cuento para antes de dormir. :)