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Bajo Arboles Mojados

El mundo al revés

El mundo al revés Los atardeceres en aquel país eran especiales. El cielo se cubría de naranja y, poco a poco, tonalidad a tonalidad, el naranja daba paso al rojo intenso, al morado, añil, y por fin, al violeta y al negro... Lo mejor de todo era que esto no ocurría uniformemente, sino que pasaba por partes, en diferentes zonas del firmamento y a diferente velocidad, por lo que el cielo se transformaba en un mar de diversos colores.

En las tardes tranquilas, le gustaba acostarse sobre las rocas al borde de un acantilado sobre su pueblo y veía, por un lado, como se formaba el mar de colores por encima de él, y por otro, como las luces del pueblo se encendían poco a poco, dando vida a un firmamento alternativo bajo sus pies, un mundo del revés.

1 comentario

tinau -

esto me recuerda a los microsueños q tuve hace tres veranos en la playa de les rotes en Denia. Abrir los ojos y sentir la verdadera esencia Mediterranea, la brisa, el cielo y el mar: ¿que bello huevo Kinder!